Personalidad competitiva: ¿es malo o bueno?
Incluso, esa conciencia característica de las personas ha logrado que traslademos nuestros deseos de competir a escenarios menos dañinos y autodestructivos, como el deporte, los negocios y la cotidianidad. Los Juegos Olímpicos, el Mundial de Fútbol y los concursos de belleza son un buen ejemplo, ya que promueven valores como el respeto y la sana competencia permitiendo representar a los respectivos países participantes bajo un mensaje de unidad e integración cultural.
¿Cómo llevar una competitividad sana?
¡Es necesario dejar la comparación con otros! Una buena forma de gestionarla apropiadamente es que la competencia sea con vos mismo, intentando ser tu mejor versión cada día y esforzarte por aceptarte cada día y comprender que todos tienen diferentes procesos. En indispensable encontrar un equilibrio, en donde sea la autoexigencia la que determine los aspectos en los que debés trabajar y fortalecer cada día.